Cuando empezamos a escribir, es complicado saber qué hacer, como comenzar. En esta entrada no vamos a dar una receta mágica de cómo empezar, pero sí voy a intentar que tengáis una idea de qué elementos podéis tener en cuenta y así, puede que os ayude a organizaros.
Lo primero a tener en cuenta es la forma. La forma de la pieza nos determina la estructura y si lo planteamos de antemano, tendremos la idea de a donde vamos. Siempre podemos guiarnos de nuestro instinto y dejarnos llevar, pero raramente funciona si no llevamos tiempo de práctica (aunque nunca se sabe...). En primer lugar, estaría bien saber cuántas secciones van a haber o al menos, qué función tiene cada una de ellas, si su función es presentar motivos o temas, si pretende introducir o realizar transiciones, desarrollos... etc... Eso en cuanto a macroforma, si hablamos de microforma, tendremos que fijarnos en las frases que estructurarán esa macroforma (sea clasificable o de forma libre). Por todo esto, lo primero sería trazar un plan de trabajo o esquema con la idea general que tenemos en la cabeza y así avanzar de lo más grande a lo más pequeño.
Cada sección irá diferenciada por fenómenos estructurales que marcarán el carácter de cada sección y nos dirán en qué puntos concretos (donde se acumulan más fenómenos estructurales) hay un cambio de sección o subsección. Los fenómenos estructurales eran: tonalidad, cadencias, tempo, métrica, ritmo, densidad, registro, timbre, textura, dinámicas, motivo.
El motivo es una célula melódico-rítmica que va apareciendo a lo largo de la pieza y le da carácter de unidad. Sería como el protagonista principal de la película que aparece durante la misma y lleva el hilo conductor. El motivo va apareciendo y estará incrustado dentro de frases o temas. Tema y frase son conceptos diferentes, pero no nos meteremos ahora en esas cuestiones de nomenclatura.
Por si acaso, hablemos del fraseo. Las piezas, normalmente se estructuran en frases y cada frase se estructura en semifrases (antecedentes y consecuentes) de la siguiente manera:
- Frase binaria (2 partes): 1ª semi - pregunta (antecedente) - 2ª semi - respuesta (consecuente)
- Frase ternaria (3 partes): 1ª semi- pregunta (antecedente) - 2ª semi - respuesta1 (cons.1) - 3ªsemi - respuesta2 (cons.2)
La duración de cada antecedente o consecuente (semifrases) no es una duración fija, va a gusto del compositor pero es importante que se entienda el sentido de frase. Para ello, normalmente el final de la primera semifrase (que hace de antecedente) suele ser suspensivo, mientras que el final de la última semifrase (consecuente) será conclusivo (normalmente aunque ya sabemos que hay muchísimos ejemplos que no cumplen esta teoría y no por ello no da sensación de frase). En la música clásica (del Clasicismo) se estructuran normalmente alrededor de los 8 compases. Veamos un par de ejemplos de frases binarias:
Ejemplo de frase binaria paralela:
En los ejemplos aparece la clasificación de frase paralela o contrastante. Diremos que una frase es paralela cuando antecedente y consecuente están formados por el mismo material, es decir, ambas semifrases tienen el motivo principal, o tienen elementos comunes. Por otra parte, si no cumplen esta similitud en cuanto a material, hablaremos de frases contrastantes. Como vemos en el ejemplo 1, la primera y segunda semifrases empiezan igual, por eso se trata de una frase paralela, mientras que en la segunda frase antecedente y consecuente tienen material diferente, con lo que se trata de frases contrastantes.
Aparte de la estructura (binaria-ternaria) y el contenido de la frase (paralela-contrastante) en sus respectivas semifrases nos fijaremos en otros aspectos como:
- El número de compases:
- Simétricas: si antecedente y consecuente tienen el mismo número de compases.
- Asimétricas: si antecedente y consecuente no tienen el mismo número de compases.
- Tonalidad:
- Modulante: si modula
- No modulante: si no modula
- Inicio de la frase:
- Anacrúsico: empieza antes del tiempo fuerte (en menos de la mitad del compás).
- Tético: empieza en el tiempo fuerte del compás.
- Acéfalo: empieza después del tiempo fuerte del compás.
- Final de la frase:
- Fuerte: termina en tiempo fuerte.
- Débil: termina en tiempo débil.
Ahora que ya conocemos cómo puede ser una frase, vamos a la estructura interna, es decir, los grados que vamos a utilizar, para ello nos fijaremos en las funciones tonales. Las recordamos por si acaso:
- Función de tónica: I, VI
- Función de subdominante: II, IV, VI
- Función de dominante: V, VII
Hay un acorde que es el III que no aparece en la lista puesto que no tiene función tonal, no se suele utilizar en la época de la música tonal. Además, conocemos otros acordes que hacen también funciones tonales como por ejemplo, el acorde de 6ª Napolitana tiene función de subdominante, así como el 6/4 cadencial, la Dominante de la dominante... Pero de momento, nos centramos en los básicos: acordes triada y dominantes triada o con 7ª.
A la hora de enlazar, recordemos que debemos fijarnos en las funciones, de manera que podéis enlazar cualquier tipo de acorde excepto Dominante-Subdominante.
En la siguiente entrada veremos cómo introducir las dominantes secundarias en un fragmento libre. Estad atentos!
Un saludo!
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por comentar!